¡No me toques!

16 de diciembre de 1840.

Petición: "Oh Señor, Te pedimos, en toda humildad, que nos aclares sobre el siguiente texto de las escrituras: En Juan 20:17 dice: 'Jesús le dice a María Magdalena: ¡No me toques! Porque aun no he subido donde Mi Padre. Pero anda donde Mis Hermanos y diles: Yo subo donde Mi Padre, vuestro Padre, Mi Dios y vuestro Dios.'

Pero en Juan 20:27 dice: 'Luego Él le dice a Tomás: Pon tu dedo aquí y mira Mis Manos, y mueve tu mano aquí y ponla en Mi Costado! ¡Y no seas incrédulo, sino creyente!'

¡Oh Señor, que no haya otra Voluntad, ni en la altura, ni en la profundidad, que no sea la Tuya! ¡Y lo que suceda en la altura como en la profundidad, suceda según Tu Santa Voluntad! Amén."

Respuesta del Señor:

1. ¡Entonces que suceda pues, y tú, escribe! - ¿¡Acaso no tenéis que reconocer vosotros mismos que cuando algo es puesto o colocado más cerca a vosotros tanto menos lo comprendéis!?

¡Mirad, estos dos textos están tan cerca a vosotros que más no es posible!

Solo que, en vez de buscar en lo cercano, buscáis en lo lejano, tanto en el espacio como en el tiempo. Porque quien busca entender tales cosas sencillas en lo lejano nunca lo logrará porque lo lejano no está hecho para buscar tales cosas.

2. Quién querrá buscar su casa en el agua y su morada en el fuego y que no se dé cuenta que encontrándose en su casa y en su morada no podrá buscar ciegamente allí en donde no está ni podrá estar.

3. ¿En qué iglesia os encontráis - y quién fue la Magdalena? - ¿Qué iglesia representa Mis Hermanos - y Quién soy Yo? - ¡Mirad, en esta dos preguntas se encuentra todo el secreto!

4. O acaso pensáis que la que fue una prostituta y bailarina ante los grandes del mundo y los paganos y que estaba poseída desde los doce años por siete diablos de la carne y fue redimida por Mí y realizó muchas obras del Amor y después una penitencia seria y firme - hubiera sido capaz de tocar Mi Santidad, ya que sus lágrimas y los cabellos de su cabeza apenas eran capaz de tocar Mis Pi-es.

5. Observad vuestra iglesia - y la frase: "no Me toques" y con seguridad lo encontraréis claro y fácil de entender! Pero Yo le digo también a ella (a la iglesia) lo que le dije a Magdalena: Anda y dile a Mis Hermanos que Yo he resucitado a menudo entre tus hijos y ahora vengo a ellos para que ellos quieran verme y poner su Amor en el costado traspasado por amor y se den cuenta allí, al igual que un Tomás, de la puerta angosta y el camino angosto que lleva a la Vida Eterna y, a través de ella, hacia el Padre, que es Mi Padre y, a través de Mí, también es vuestro Padre, y que allí es Mi Dios y, con esto, también es vuestro Dios.

6. Por eso también debéis "poner vuestras manos sobre Mis Heridas", para que queráis creer, que Yo soy la Vida Eterna Misma, esto con Mi propio Poder. Así como Yo soy la Resurrección Misma y no he recibido la Vida del Padre, sino soy la Vida Misma en el Padre. Así como el Padre no está fuera de Mí, sino Dios desde la Eternidad está en Mí y como todo espíritu de la Santidad en todo Poder y Fuerza surge de Mí como surge del Padre al mismo tiempo como uno y el Mismo Espíritu.

7. Mirad, si Yo ya fui todo esto antes de la Resurrección, lo que soy ahora y eternamente seré - ¿¡por qué debería morir una prostituta arrepentida, con el hecho que Yo permitiera que Me toque, sin que su purificación, a través de una verdadera penitencia, fuera lo suficiente!?

Esto está permitido solo a aquellos que han aceptado voluntariamente que sus pies fueran limpiados por Mí y que hayan gozado de la gran Santa Cena conocida como la Última Cena.

8. Ahora os digo: ¡Dejad también que Yo os "lave vuestros pies" o que Yo os conduzca para recibir un lugar en Mi Mesa del Amor verdadero! Y no os preocupéis por Magdalena, sino creed que Yo soy Él que viene a vosotros en silencio. ¡Y poned vuestro corazón en Mi Costado abierto para que éste sea fortalecido hacia la Vida Eterna!

9. Porque a vosotros no os digo: "No-le me tangere (No me toquéis)" - sino Yo os digo lo que se dijo a Tomás - ya que todos sois más o menos puros toma-ses, para que también queráis ser vivificados en el futuro!

Pero tened bien en cuenta: Solo Yo, y no la Magdalena, tiene la Vida. Por eso aun no es suficiente la noticia de Magdalena, sino recién cuando Yo venga por completo en vuestros corazones, se realizará en vosotros lo profetizado, que Yo "suba" hacia Mi Padre y vuestro Padre y hacia Mi Dios y vuestro Dios, y vosotros en Mí y Conmigo. Amén. Esto lo digo Yo, la Resurrección y la Vida Eterna. ¡Amén!

Fuente: Dádivas del Cielo, tomo 1, recibido el 16 de diciembre de 1840